27 enero, 2013

He perdido la cuenta de la gente que me ha dicho que me aleje de ti, que te saque de mi vida, que pase página, o incluso que aprenda a odiarte. Lo dicen como si fuera fácil, como si fuera posible. No se dan cuenta de que prefiero mil veces vivir así, tenerte así en mi vida, que sacarte de ella y ver como no intentas volver. ¿Cuál es el sentido si igualmente seguiré sufriendo, puede que incluso más? Al menos ahora sé que lo intentas, y haces todo lo que puedes para no hacerme daño. Sé que nunca has querido hacérmelo. Nunca he llorado por algo que has dicho, algo que me has hecho a mí, siempre ha sido por rabia, contigo pero más conmigo misma. Pero si digo adiós, eso será todo. Tú te irás de mi vida, y las razones para llorar se quedarán. Sólo te llevarás contigo los momentos de felicidad que me has dado. ¿Cómo pueden no ver eso? Me piden que renuncie a lo que más feliz me ha hecho y me quede con lo que me hace miserable.
”Pasa de todo”, como si pudiera hacerlo. Y aunque pudiera, tampoco lo haría. Es mi vida al fin y al cabo, y ya he elegido a quien me hace feliz, de la forma que sea. No quiero renunciar a eso.

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